La obra fue pintada entre los años 1482 y 1485, en pleno contexto histórico del Renacimiento, tiempo en que se renovó la presentación de los mitos de la Antigüedad clásica. Mide 1,80 metros de alto y 2,75 metros de largo y su delicadeza es tal, que a primera vista pocos notan la desproporción del cuello de la diosa emergiendo en el mar. Para admirar esta obra de arte a detalle, hay que viajar a Italia, a la Galería de los Uffizi en Florencia.